Crítica Gabriel Peralta


Jimena Aguilar, dramaturga y directora de su obra Dixit, exhibe una personal forma de abordar el amor y sus consecuencias.
Aguilar esquiva la linealidad argumental, para mostrar a un conjunto de personajes colocados en varios extremos emocionales, que abarcan la pasión, la soledad, la ternura y la obsesión.
Los numerosos riesgos de esta propuesta, son en algunos casos salvados y en otros no: existe un des-balanceo entre escenas de una lírica intensidad (un preciosos poema-texto dicho con la cadencia justa por Ignacio Huang); con otras que por hacer prevalecer el ingenio se pierde contundencia dramática (la primera entrevista con un psicólogo, y lo que ocurre en la cabeza de una de las protagonistas).
Es muy buena la idea del lenguaje como traba para comunicarse. La autora capta con precisión las distintos modismos de capas sociales, generacionales y profesionales (en este último caso los términos son cercano a lo críptico), y coloca el empleo de la palabra, en la antitesis de la comunicación.
Las actuaciones son lanzadas y transmiten, como la obra misma, distintas intensidades.
Flavia Miñana resolvió con simpleza y economía de recursos los distintos sitios por donde transcurren las escenas, y le otorgó al vestuario actualidad y delicadeza.
El diseño de luces de Fabián Molina ayuda de buena forma a la creación de buenos climas.
La obra Dixit transita, como el amor, por momentos felices, y por algunos nubarrones.

Crítica en la web: http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=1367