Critica "En Escena Hoy"


En un principio, Dixit invita a ser vista desde un puro punto de vista discursivo. ¿Por qué? Porque las historias se enredan tanto en una trama de idas y vueltas que -en un punto- no se sabe ya si uno de los personajes tiene un hermano gemelo (malvado, por supuesto) o si solamente se debe a un simple truco de vestuario.
La obra propone una particular mirada sobre el amor en todas sus formas: homosexual, lascivo, sumiso, superficial, neurótico. Todas esas variantes, encarnadas por una chica, un poeta y un psicólogo -entre otros- ilustran de manera disparatada, disgregada y por momentos melancólica, la visión que nuestra sociedad tiene del amor.
Se destaca la actuación de Huang, quien durante los primeros minutos se mete en el bolsillo al público con su chaleco resplandeciente, sus mohines amanerados y su capacidad para generar una complicidad con el espectador, que continúa durante toda la obra. Muy interesante es también la parodia que se hace de los psicólogos freudianos a través de Alejandro Genes, quien no duda en declarar que "todas las mujeres son neuróticas" y presta poca o nula atención a lo que le dicen sus pacientes femeninas.
Como resultado, Dixit es una buena propuesta para jugar con todos los matices de la relación amorosa y reflexionar sobre el propio hacer -o deshacer- en esta materia. Al igual que el tango, el amor es también ese no-se-qué.